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  Zufre: aceite, fuentes y miradores
 

1.- Zufre: aceite, fuentes y miradores.

2.- La ruta circunda la villa, calificada como Bien de Interés Cultural, y visita de forma puntual sus elementos arquitectónicos de mayor interés (consultar web zufre.es.tl). La celebramos con motivo de la feria del aceite.

2.1.- Almazara: iniciamos la ruta en la almazara (la visitamos si está abierta), que comercializa aceite ecológico virgen extra. Seguimos por un lateral del molino, por una calleja que bordea el exterior de las casas de la calle Linares, bordeando la parte superior de la cornisa caliza que rodea al pueblo. Zufre tiene una fuerte tradición aceitera, que hasta los años 50 se repartía en cuatro molinos distintos. El primer molino del que existen datos es el Molino de los Parrales, situado en la calle Larga. A este le siguieron otros cuatro: El Chorrito, San Sebastián, dos en El Bezo y otro donde el actual.

2.2.- Pilar abrevadero de los Linares, construido en 1909. Una fuente suministra agua a un albercón, en cuyo pretil se encuentran distribuidas unas lanchas sobre las que se situan los tableros para hacer la colada. A diferencia del de "Los Linares", el de San Sebastián contaba con hendiduras de cemento sobre las lanchas -a modo de tablero- para facilitar la refregadura de la ropa. El uso de los lavaderos fue decayendo poco a poco hasta su práctica desaparición en los años 80.

2.3.- La Solana. Del pilar abrevadero continuamos por la calleja hasta salir cerca de la gasolinera. Iniciamos una acusada subida desde El Tejar hasta La Solana y el Zorrero, donde se encuentran los olivos de la variedad manzanilla serrana de donde se obtiene el aceite ecológico. Observamos las inmejorables vistas de la cúspide y bajamos el cerro por el otro costado. Zufre se enmarca dentro del Parque Natural Sierra de Aracena, en el extremo occidental de Sierra Morena. Concretamente en la vertiente sur del Cerro La Solana, en la Sierra del Zorrero, a unos 446 metros de altitud. Cuenta con 34.070 hectáreas, el tercero más extenso de Huelva.

2.4.- Ermita San Sebastián (Siglos XVI-XIX): pasamos por el olivar hasta llegar a la ermita de San Sebastián, ubicada en una de las entradas históricas de la Villa sirvió de lazareto durante los Siglos XVII y XVIII y ya a mediados del Siglo XIX se instaló en su recinto el Cementerio de la Villa hasta los años 20 (Siglo XX). Arquitectonicamente, a parte de toda la uniformidad del Conjunto, lo más destacado del Santuario es el arco polilobulado de su entrada de estilo barroco popular, la bóveda que la cubre es de 1.700 sustituyendo un tejado anterior a dos aguas. Durante gran parte del S. XX, la muerte sorprendió a muchas personas de Zufre en su lugar de trabajo, esto es, en el campo. El cadáver era trasladado a la localidad por dos personas en unas sandas, especie de largas parihuelas dotadas de unos correajes para soportar mejor la carga. El muerto iba directamente sobre las sandas, a la vista de todos. Sólo aquellos que podían permitírselo pagaban una caja. Los muertos también eran trasladados en bestias de carga, exactamente en el hueco intermedio que quedaba entre dos sacas de paja, hasta el cementerio ubicado en San Sebastián. Los que fallecían de peste eran enterrados en el "Cercadillo de los Muertos", de ahí su denominación. Las personas que acudían a los sepelios de individuos fallecidos por cólera iban acompañados de una botella de aguardiente, de la que tomaban frecuentes tragos para evitar las infecciones. Sólo aquellos que pagaban al cura disponían de un entierro digno: el cura se esmeraba en dar una buena misa y aparecía vestido con el chaleco de los entierros, y no en camisa. Los entierros eran de primera, segunda y tercera clase. Aquellos que carecían de recursos económicos eran trasladados directamente en las sandas y arrojados al osario. En aquellos años, sólo las personas más pudientes disponían de un nicho para su entierro, mientras que los pobres debían enterrar a sus muertos en la tierra y de forma anónima. A principios de siglo, la saturación de entierros en el suelo llegó a tal grado que ya no había espacio disponible para las inhumaciones. La Tía Regina, vecina de Zufre, lo relataba así en el lavadero: 

"En el Cementerio Viejo ya no se puede enterrá',

             ayer sacaron un muerto de la semana pasá'.

El cementerio se hace quieran ustedes o no,

o si no le damos cuenta al Señor Gobernadó'". 

Fue la presión popular, manifestada en esta estudiantina, la que aceleró la construcción de la actual necrópolis de Zufre, el Cementerio de San Miguel, construido en dos fases. Los cimientos datan del primer decenio del S. XX, siendo el Alcalde D. Manuel Rufo. Las obras permanecieron paradas después varios años, reanudándose en el año 1922, bajo el mandanto del Alcalde D. Francisco Fernández.

2.4.1.- La Mimbrera: De la ermita bajamos en busca del pilar de la Mimbrera. La calleja que lleva a esta fuente está en una umbría, entre grandes paredones de huertas que la flanquean por la parte superior. Es uno de los manantiales de mayor caudal de Zufre. La existencia de esta fuente consta documentalmente desde comienzos del Siglo XVI, sufriendo a lo largo de los años varias reformas. Su fisonomía pasa a ser más funcional a partir de 1.903 con el empedrado general de toda la zona, en 2.002 se acondiciona toda la Calleja adyacente y en el 2.010 se vuelve a intervenir en todo el conjunto. El agua cae de la boca del caño a un pequeño reposadero adaptado para el llenado de cántaros y cubos. De aquí, a través de un pequeño canal, antiguamente de lajas, pasa a una pila adaptada para abrevadero y la sobrante vierte a las Huertas de la Cuesta del Rodeo. Debido a la calidad de sus aguas, al ser considerada por los vecinos superiores a otras del municipio, ha sido una de las más utilizadas para el consumo propio.

2.5. Pilar de la calle Larga. De la Mimbrera salimos al borde inferior del pueblo, a la Cuesta del Rodeo, continuamos por la calle Larga hasta dar con el pilar abrevadero. Situada en la Barriada que comprende las Calles Larga, Cabezuelo, Del Medio y Del Pozo, nutre a los vecinos instalados a lo largo del antiguo Cordel de las Buerbas. Existente ya a comienzos del Siglo XIX, es difícil su datación, ya que sobre la cabeza surtidor aparece la fecha de 1.909, cronología que puede corresponder con una reforma importante de la misma. Junto con la Mimbrera y del Concejo, es una de las consideradas como históricas dentro del casco urbano. En 1.933, coincidiendo con las obras del lavadero del Charquillo, proyecto del arquitecto José Granados de la Vega, las conducciones de agua a esta fuente sufrieron una serie de mejoras, reparándose igualmente el empedrado que la circunda. Hasta mediados de los años 50 (Siglo XX) era normal ver la figura del pastor trashumante conducir sus rebaños por esta Calle. La estructura de la fuente es simple, vierte su caudal a una pila adaptada para el llenado de cántaros y cubos y la sobrante pasa al gran pilón, que nutre a los animales de carga, desaguando ésta a un breñal.

2.6. Lavadero de El charquillo. De la calle Larga, en dirección al cementerio, observamos un nuevo lavadero, el de "El Charquillo": este lavadero se construyó sobre el curso de "El Regajo" que conducía las aguas residuales desde San Sebastián -pasaba por la Calle del Pozo- hasta la Calle Larga, donde estas aguas se mezclaban con las del pilar abrevadero. La construcción del lavadero obligó a separar ambas aguas y a solicitar a los propietarios de las tierras colindantes con "El regajo" que cedieran una parte para la construcción de un lavadero público.  La obra se realizó en 1931. Unos años después, concretamente el 13 de agosto de 1936, una de las tres bombas que explosionaron en Zufre con motivo de la Guerra Civil -San Sebastián, las Cuatro Callejas y El Charquillo- estuvo a punto de derribarlo. La metralla llegó a perforar las vigas de hierro.

2.7.- El Torreón: desde El Charquillo nos encaminamos hacia El Torreón, al final de la Calle Larga. De las antiguas murallas que rodeaban al pueblo, permanecen tramos aislados que totalizan unos 300 metros, muy disimulados entre las edificaciones del pueblo. Algunos de los torreones almenados fueron convertidos en miradores en el siglo XVIII como este de la Calle Carnicería. Subimos arriba para contemplar el excelente paisaje que nos ofrece. Aunque en la serranía onubense aparecen vestigios de construcciones defensivas pertenecientes al periodo Calcolítico y de la época romana, será en la Baja Edad Media cuando la arquitectura militar tendrá un gran desarrollo, tanto en la época almohade, cuando se levantan fortificaciones como las de Aroche, Almonaster y Zufre. Se intensificó el blindaje de la frontera entre los reinos de Castilla y Portugal con el cinturón defensivo denominado «la Banda Gallega», que dejó un sello patrimonial en numerosos pueblos de la zona.

Bautizado popularmente como "Nido de Águilas", Zufre puede presumir de tener uno de los balcones naturales con vistas espectaculares desde el que se puede perder la vista en un lejano horizonte, adornado de montañas, Encinas y Alcornoques y todo esto rodeado de la hipnótica paz que regala este maravilloso rincón andaluz.

2.8.- Santa Zita (S. XVI-XIX): bajamos de El Torreón, nos adentramos por unas huertas y llegamos a la ermita de Santa Zita, una sencilla construcción de una sola nave con tejado a dos aguas, dividida en tres tramos por dos arcos apuntados que exteriormente descansan sobre cuatro contrafuertes, similar a otras construcciones de la comarca. Carece de cualquier tipo de ornamentación o añadido posterior que le confieren a la estructura un sentido uniforme y unitario sólo. La ubicación de la Ermita de Santa Zita es clave dentro del viario tradicional de la Sierra. Levantada sobre el acceso principal a la Villa al menos desde el Medioevo actuó como cruce en la red de caminos y vías que convergerían en la calle Larga.

El origen al culto a la Santa estaba basada en la traída de la primitiva Imagen por unos Genoveses que tras permanecer presos en la ermita, habilitada como cárcel, en prueba de gracia por su liberación regalan una Imagen a la Villa, dentro del alo puro de la leyenda en sí, asombran las coincidencias históricas más aún cuando ésta es la Patrona de Génova. El origen del culto es probable que sea a finales del Siglo XIII principios del XIV, y vaya unísono a uno de los procesos repobladores a que se sometió la Sierra. Anterior a la actual imagen de Santa Zita hubo otra la cual fue totalmente destruida en el incendio que asoló la ermita a las 12 del mediodía del 20 de diciembre de 1889. La ubicación de la Ermita de Santa Zita es clave dentro del viario tradicional de la Sierra. Levantada sobre el acceso principal a la Villa al menos desde el Medioevo actuó como cruce en la red de caminos y vías que convergerían en la calle Larga. Por aquí pasaba el cordel de las Buervas, cañada en origen de trashumancia que unía el Reino de Sevilla con Portugal y que más tarde pasó a ser la ruta comercial más extensa de la Comarca. La misma ermita fue levantada a finales del siglo XVIII-XIX sobre una construcción anterior como lo demuestra el hallazgo hacia 1920, cuando procedió a sustituir el suelo interior por el actual, de un capitel visigodo del Siglo VIII-IX reutilizado hoy como pila del agua bendita, que encuadraría esta construcción dentro de las Iglesias Serranas de Repoblación, aquellas levantadas sobre los cimientos de pequeños templos anteriores de época visigoda. Su construcción entre huertos y cercas, en el llamado camino de las acequias, red de distribución de aguas de origen árabe.

Destaca en la construcción la portada de ladrillo visto, levantada con toda probabilidad en la primera mitad del Siglo XVI a merced de las diversas donaciones que recibe la Santa para sus obras.

La cimentación del Conjunto se realizó salvando el desnivel de la calle creando un pódium cimentado sobre la peña que interiormente recorre el lateral norte, en ésta se aprovecharon sillares y sillarejos de origen romano así como en las zonas menos nobles se utilizó ripio. La actual cubierta a dos aguas sustituye al artesonado destruido en el incendio de 1889, último de los artesonados del Siglo XIV - XV que existieron en Zufre.

Cuenta la leyenda que Santa Zita era criada de un rico hacendado. Guardaba en su delantal las migajas de pan que dejaba su señor para después repartirla entre los pobres. Cuando él le preguntaba qué llevaba en el delantal, ella le respondía: "flores mi amo", y mostrándole el delantal sólo se veían flores en él.

2.9. Cuevas Tobosas: retrocedemos un centenar de metros, hasta el crucero del camino y bajamos por la calleja de la izquierda. Observamos que el núcleo urbano se halla sobre una franja de calizas y dolomías del Cámbrico pertenecientes a un largo y estrecho complejo calcáreo que se extiende desde Aracena. Este bloque calizo presenta numerosas oquedades, que en épocas antiguas sirvieron de refugio para el hombre. Zufre cuenta con una importante reserva de agua subterránea. Se trata del acuífero Aroche- Galaroza-Zufre. Las cuevas de piedra caliza se forman cuando el agua se filtra a través de rajaduras del lecho de piedra caliza cercano a la superficie. El agua de lluvia que pasa a través del suelo rico y la vegetación reacciona con el dióxido de carbono y forma ácido carbónico suave. Con el tiempo, este ácido suave disuelve la piedra por la que pasa y forma cuevas en lo profundo del lecho de roca. El agua se evapora y deja la piedra caliza disuelta. Estos dos procesos naturales, la disolución y la evaporación, producen las hermosas formaciones fluidas de roca.

2.10.- Cuatro Callejas: rodeamos las cuevas y subimos hasta el camino que nos lleva a Las Cuatro Callejas, que debe su nombre a la confluencia de varios caminos. Al final, observamos el pilar, levantado en el años 80, coincidiendo con el ensanchamiento de este acceso al pueblo. Y bajamos un poco más hasta el Pilar de El Ejido, situado en el cruce de los caminos reales que se dirigían de Sevilla a Portugal, se levanta junto al paraje conocido como Cerca de las Lucas en las Cuatro Callejas, sobre la Vía Ganadera del Cordel de las Buerbas. Su estructura es simple, el agua es conducida por una tosca canalización desde la falda del pueblo, el mascarón de la fuente, realizada en ladrillo árabe responde a las obras acometidas sobre ellas en el Siglo XVII.

 2.11.- Fuente de Sevilla: del Pilar de El Ejido nos traladamos a la finca La Noria, donde la Fuente de Sevilla

2.12- Fuente del Concejo: de la Fuente de Sevilla subimos por la Calleja de los Novillos, que debe su nombre a los festejos taurinos. Hasta que se celebraba la corrida, los toros permanecían encerrados en la cerca chica que se encuentra junto a la casa de la Noria, donde se congregaban los vecinos "de manifiesto" para observar los ejemplares. Desde aquí, los toros subían hasta las plaza por la denominada "Calleja de los Novillos". Ya en la plaza, observamos el pilar abrevadero, con cabeza de león y el mirador. Fruto de este auge económico fue la realización de una Plaza Mayor, donde el espacio cobraría por primera vez en la población tanta importancia como los edificios que la circundan. Las múltiples actividades que acogían comercio, festejos taurinos, autos de fe, teatros, juicios…tendrían como telón de fondo los muros de la Fábrica Parroquial y los del Edificio Concejil. En el siglo XVI se construyen el Ayuntamiento y la Iglesia Parroquial, levantada en el siglo XVI sobre un anterior templo gótico-mudéjar. La torre, de estilo barroco y atribuida a Pedro de Silva, fue realizada tras el terremoto de Lisboa de 1755. Otros elementos arquitectónicos de interés son el Ayuntamiento, edificio renacentista de Hernán Ruiz en cuyo interior se conservan unas sillas pétreas del Tribunal de la Inquisición; la también renacentista Fuente del Concejo. Ahora visitamos el Torreón, el hospital de San Miguel y la judería.

2.12. Torre de la Harina: salimos por las traseras de la iglesia por un callejón que bordea el pueblo. A nuestra derecha veremos la imagen impresionante de una torre. De la antigua fortaleza almohade, fechada en los siglos XII y XIII, que en el Siglo XV figura ya como perteneciente a la ciudad de Sevilla, se conservan restos de la Torre de la Harina, en la Calle Vicente Ferrer Campos. Su origen musulmán se adivina en la tipología constructiva y en el uso del tapial, reforzado en las esquinas con materiales más resistentes.

2.13. Fuente de la Calle Ruiz Barrientos: salimos de nuevo por las traseras de la iglesia a una calleja que bordea la Villa y volvemos a asomarnos al pueblo para observar la fuente de la calle Ruiz Barrientes. Construida en 1.909 sobre otra anterior existente ya en 1.808, se encuentra ubicada junto a las antiguas escuelas de la población. La actual fuente sufrió una serie de mejoras en 1.914, coincidiendo con la construcción del antiguo lavadero situado en sus inmediaciones, proyecto del arquitecto José Gómez Millán. El herrero local Cayetano Macías mejora los surtidores forjados en cabeza de tritón. La fuente posee dos espacios definidos uno para el uso propiamente vecinal y otro para abrevadero de ganados. La sobrante a través de la lieva del muro cae a los huertos.

2.14 Paseo de Zufre: nos dirigimos al mayor mirador de Zufre, El Paseo. Se construyó en 1932 a partir de la expropiación de tres huertos, propiedad de Casiano González Romero, de tío Rosendo, su hermano; y de Antonio Hidalgo. La primera obra del Paseo, consistió en cimentar su parte posterior y proceder a rellenar de tierra la zona de atrás de los huertos hasta conseguir una superficie plana. La obra fue iniciada cuando era Alcalde José Navarro, y concluido durante la alcaldía de Andrés Pascual al despuntar los años 50. El enrejado que separa “El Paseo” de “Los Linares”, así como los bancos que rodean la fontana y la propia fuente se construyeron hacia el 1940. El maestro de estas dos últimas obras fue Santiago Flores, y los albañiles Narciso y Florencio, colaboraron en la edificación. El quiosco de bebidas también data de los años cuarenta. Desde aquí podemos observar con nitidez la cola del embalse de Zufre el mayor de los cuatro que hay en la Rivera de Huelva (Aracena, Zufre, la Minilla y el Jergal). La red hidrográfica de Zufre viene articulada sin duda alguna por el río Rivera de Huelva, el cual abre la cuenca hidrográfica del Guadalquivir por el Norte. El Rivera de Huelva recibe en su paso por Zufre unos importantes aportes como son los Barrancos del Encinar, Cucharera, Álamos o Riscos Pardos, el Arroyo del Rey, Arroyo del Bezo, Rivera del Hierro, los afluentes Pola y Maláxalas, entre otros.

2.15 Plaza de Toros: pasamos junto a la plaza de toros, construida entre 1879-1885 por una sociedad de treinta accionistas, por tres hermanos vecinos de Portugal, aunque se encargo de las obras el maestro alarife Domingo Alfonso de Amorín, conocido con el nombre de "Tío Domingo el portugués". Cuenta con piso y tendido, el primero dedicado a gradas. Constructivamente está realizada aprovechando un gran desnivel existente en la topografía originaria del terreno, asentando el graderío norte sobre el propio talud del terreno mientras que el sur se apoya sobre muros de mampostería. Hasta el último tercio del S. XIX, la fiesta de los toros en Zufre se celebró en la plaza de la iglesia, única plaza de la villa que en aquellos años reunía las condiciones adecuadas para celebrar el arte de la tauromaquia. Las calles que confluían a la plaza eran bloqueadas con carros y la Presidencia -protegida por unas vallas- se situaba en los bajos del Ayuntamiento. Una cruz situada sobre la fachada de una de las casas de la calle Arroyo, aledaña a la Plaza, ilustra con nostalgia el festejo: un hombre armado con una pitonera disparó a un toro que había escapado de la plaza hacia la calle Arroyo. La mala fortuna quiso que la bala rebotada alcanzase a una mujer que se encontraba asomada a la ventana de su casa, causándole la muerte. El festejo se mantuvo aquí hasta la construcción de un nuevo coso. La iniciativa fue de carácter particular, con capital privado distribuido en acciones de cien pesetas y adquiridas por muchos vecinos.  La construcción de la plaza concluyó en el último tercio del S. XIX, probablemente hacia el año 1868. El director de la obra fue el ciudadano portugués D. Domingo Alfonso de Amarín, conocido como "Tío Domingo el Portugués". La propiedad, de carácter municipal, consta de un  piso y tendido, el primero dedicado a gradas. Su aforo ronda las dos mil personas. El más lúgubre acontecimiento histórico de esta plaza acaeció el 10 de septiembre de 1913, cuando el toro "Desertor" mató a nueve caballos. Aquella tarde los matadores eran "Los Vázquez" y los toros procedían de la ganadería de D. Manuel Rincón, vecino de Higuera de la Sierra. Los Vázquez denunciaron el hecho a las autoridades, lo que significó el cierre de la plaza durante muchos años para corridas importantes con picadores, habiendo sólo novilladas y festivales.

2.16 Almazara: intentamos una segunda visita al interior de la almazara si la primera resultó infructuosa.

2.17 Oleozufre: finalizamos la ruta en el reciento de la feria del aceite, Olezufre’19, donde 30 puestos exhiben productos comarcales y dulces elaborados con aceite de oliva.

2.18 Almuerzo libre: dada la presencia masiva de foráneos con motivo de la feria del aceite de la localidad, es imposible reservar en bares y restaurantes, así que lo mejor es dispersar el grupo y que cada uno se acople donde pueda.

2.19.- Seguridad: llevamos agua, fruta, bastones, protector solar y medicamentos (quien los necesite). El recorrido discurre por callejas transitadas por los vecinos del pueblo para acceder a los huertos aledaños, si bien pueden resultar peligrosas si se actúa de forma irresponsable, toda vez que algunas son pedregosas y bordean con precipicios. El itinerario es entre moderado y difícil porque la orografía de Zufre es muy escarpada. Siempre se dispondrá de tramos alternativos para quien lo desee. Cada uno de nosotros participa en el sendero bajo su propia responsabilidad, así que es importante garantizar en todo momento nuestra seguridad, permanecer juntos y evitar comportamientos irresponsables.

 

 
 
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