Durante los cuatro días de feria , los zufreños se despiertan con la Alegre Diana a cargo de la Banda de Música de Zufre acompañado por Gigantes y Cabezudos. Paralelamente a estas fiestas, se celebran también en honor a la Virgen una Solemne Novena que comienzan el día anterior al inicio de la Feria de la localidad. Las Fiestas están amenizadas durante las noches por orquestas.

   Estas fiestas tienen varias peculiaridades que comienzan con la primera romería, continúa con la feria y finalizan con la segunda romería. La primera romería tiene lugar el último domingo del mes de agosto, este evento lo aguardan todos los zufreños  con fervor, el de traer a su patrona de la ermita en la que permanece emplazada todo el año, hasta el pueblo. La noche anterior, en El Paseo, se celebra una verbena, una ubicación a la que se accedió después de que antaño este evento tuviera lugar en la Cruz de la Quebrada.

Zufreños en fiesta:  la imagen es de 1945. En la parte superior, a la derecha, aparece la imagen del médico D. Ernesto, que durante muchos años ejerció en la localidad.

   A la mañana siguiente,  todos los romeros a pie y a caballo se reúnen en la misa de romeros y el mayordomo recoge el estandarte para salir en romería hasta el recinto en el que se encuentra la ermita de Nuestra Señora del Puerto, un lugar en plena Sierra de la Vicaria, pasado el embalse de Zufre y a unos 13 km del pueblo y muy próxima de hecho a la carretera de El Castillo de las Guardas.

         El edificio se encuentra en bastantes buenas condiciones, gracias, entre otras cosas a la labor de mantenimiento y el cuidado que prodigan al lugar los ermitaños que allí viven. Conserva unos arcos en diafragma de inspiración mudéjar, aunque en conjunto se trata de un conjunto que, por simpleza tiene una gran belleza.

         Y en su interior se encuentra esta imagen, copia de otra más antigua atribuida a Juan de Mesa, que desapareció en 1936, aunque la imagen del Niño Jesús sí se pudo salvar gracias a la costumbre de guardar esta imagen en la casa del mayordomo, durante todo el año, excepto los días de las fiestas.

         Allí los peregrinos permanecen todo el día, en una jornada de plena hermandad, para regresar con su patrona, en el camarín, hacia el pueblo, donde Nuestra Señora del Puerto, ocupará su puesto de patrona en el altar mayor de la Iglesia.
Es antes de que la Virgen entre al pueblo cuando se celebra un singular espectáculo de caballos por la subida de la calle del Pozo, para continuar con la procesión de la virgen por las calles hasta la medianoche.

         La feria de Zufre concluye un domingo con los fuegos artificiales en el polideportivo municipal, aunque hay que decir que no finalizan aquí los actos en honor a la patrona. Este día, el domingo, la Virgen procesionará por las calles de la villa, calles que, de nuevo recorrerá al siguiente sábado, en un emotivo rosario, antesala de su marcha a su ermita de nuevo al día siguiente. 


Procesión de la Virgen:  la imagen data de mediados del S. XX. La Patrona de Zufre procesiona por las calles de la localidad. 
        Los romeros, durante esta emotiva jornada, y como hicieron en el desarrollo de la primera romería, hacen las paradas preceptivas, a la ida y a la vuelta, en las cuatro cruces.

         Además, tal y como ya hicieran en el transcurso de la primera romería, rinden pleitesía a la Virgen por haberles librado de cualquier percance a lo largo del camino, recorriendo al trote los alrededores de la ermita, con el fin de dar entrada a su patrona, a la que acompañarán, de nuevo, durante todo el día, viviéndose entonces unos momentos muy emotivos.
Será todo un año el que tendrá que pasar para que la patrona de Zufre vuelva de nuevo a la villa, mientras tantos, devotos llegados de muchos lugares visitan el santuario.

                                    ‘Las Carreras’

         Aunque durante la segunda romería de septiembre también se desarrollan carreras de caballos alrededor de la ermita, es durante el desarrollo de la primera romería, cuando esta tradición cobra protagonismo.
Una vez que los romeros a caballo llegan al recinto de la ermita, delante del estandarte, dan varias vueltas alrededor de la ermita, espoleando sus monturas, y dando así gracias a su patrona, por librarles del mal, todo un espectáculo que crece en emoción y riesgo al regresar al pueblo con la caída de la tarde.

calle del pozo. Para quien no haya visto nunca este evento, merece la pena que se lo plantee este año, pero, eso sí, con ciertas precauciones de antemano, ya que es mucha la velocidad que las monturas cogen en su avance por esta impresionante cuesta.