La Feria de Zafra
En octubre, se celebra en la ciudad extremeña de Zafra uno de los principales acontecimientos ganaderos de todo el país, con una tradición histórica que se remonta a varios siglos. Los encuentros feriales de esta población datan del año 1380 en el que el rey Juan I concedió un mercado semanal, ampliado sucesivamente en 1395 con un mercado por la fiesta de San Juan y en 1453 es el monarca Juan II quien amplía estas mercedes con otro de mayor categoría por San Miguel, que es el antecedente de los que hoy se celebran.
Las ferias de Zafra, cuando en otras poblaciones habían decaído extraordinariamente, aquí se revitalizaban con una nueva orientación de estos encuentros de ganados y ganaderos, en certámenes competitivos y con el fin y deseo de mejorar las razas.
La feria de Zafra tiene una reconocida fama en todo el oeste de España, de tal modo que desde la región castellana hasta la andaluza, está considerada como la de mayor confluencia de ganaderos y es la que impone precios y criterios para gran parte de la nación y que, por consiguiente, para ellos es una obligación y necesidad el estar presente en los días de este feria zafrense. Todos los ganados que concurren a estos mercados pueden adquirirse en unas animadas subastas que han alcanzado altas cotizaciones.
A la concentración de ganado selecto se le ha unido una serie de actos, conferencias por especialistas del tema, exposición de maquinaria agroganadera y alimenticia, así como de todos los productos que tienen relación directa con el sector del campo y de la ganadería.
Para albergar estas actividades, la Feria de Zafra cuenta con una excelentes instalaciones de ferias de esta índole, que fueron ampliadas con motivo de la celebración en el año 1992 de la Feria del Quinto Centenario, que convocó en su recinto a las más altas autoridades de la nación, presididas por el Rey de España y los ministros del ramo agroganadero de varios países.
La feria de Zafra consigue atraer a su recinto en los primeros días de Octubre a una multitud de visitantes de todas las comarcas extremeñas y de comunidades vecinas, en una asistencia que llega al millón y medio de personas y que sienten la necesidad de estar presente cada año a esta muestra compleja y original. En ella también se dan cita toda clase de artesanos, proporcionando a este acontecimiento comercial una estampa típica, insólita y ya perdida en otros lugares, con la exhibición en las calles e instalaciones de productos de toda índole y utilidad.
En el orden lúdico, que acompaña siempre a toda actividad comercial, la Feria de Zafra congrega en sus extensas instalaciones todo un programa variado de atracciones, encuentros, concursos de caballos, representaciones y demostraciones deportivas, que preludian y acompañan a los días de pleno y marcado cariz agroganadero.