La ruta de los castillos
El eje transversal de la carretera N-433, Sevilla-Lisboa lleva al viajero a conocer una decena de interesantes castillos en la Sierra de Huelva. Estas construcciones formaron parte de la ‘Banda Gallega’, arco militar que desde el siglo XIII sirvió para defender estas tierras de las incursiones portuguesas.
Principales pueblos de la ruta: Almonaster la Real, Aroche, Aracena, Cala, Cortegana, Cumbres Mayores, Cumbres de San Bartolomé, Torres, Encinasola, Santa Olalla y Zufre.
Castillo de Santa Olalla. 06.11.08: La imagen está tomada desde el camino que va de la villa a la finca de Los Carrascales.
Cómo llegar:
Se puede empezar la ruta por cualquier de las localidades, pero lo más fácil es empezar por Almonaster la Real. Desde Málaga, hay que tomar la N-331 y A-92 hacia Sevilla. Tras recorrer la ronda de circunvalación, tomar la SE-30 hacia Huelva. La N-433 lleva hasta Almonaster. Para empezar la ruta por Zufre, lo mejor es tomar la N-630 a la salida de Sevilla.
Aunque en la serranía onubense aparecen algunos vestigios de construcciones defensivas pertenecientes al periodo Calcolítico y de la época romana, será en la Baja Edad Media cuando la arquitectura militar tendrá un gran desarrollo, tanto en la época almohade, cuando se levantan fortificaciones como las de Aroche, Almonaster y Zufre, algunas de ellas sobre restos romanos, como en fechas posteriores, al intensificarse el blindaje de la frontera entre los reinos de Castilla y Portugal con el cinturón defensivo denominado la ‘Banda Gallega’, que dejó un sello patrimonial en numerosos pueblos de la zona.
De las fortalezas islámicas que se conservan, el viajero encontrará en Almonaster la Real un castillo de la época califal que ha sufrido numerosas transformaciones y que en la actualidad se halla muy deteriorado, resultando interesante su visita, por encontrarse integrado en el espléndido conjunto que forma junto a la mezquita y la vistosa plaza de toros, construida en el año 1.891 en el patio de armas de la antigua fortificación.
En el municipio de Aroche, el castillo se levanta en la cumbre del cerro que domina la población, adscribiéndose su cronología, según los historiadores, al periodo almorávide o incluso al califal, con importantes reformas cristianas, tanto por parte de los castellanos como de los portugueses.
Fortaleza emblemática
Esta fortaleza se convirtió en el elemento más emblemático de la población arochena y llegó a ser a partir del siglo XIII, la punta de lanza del sistema defensivo de la comarca. Sus muros albergan desde 1.802 una plaza de toros, donde actualmente se celebran espectáculos taurinos en agosto, con los tradicionales encierros por las calles. El castillo de Aracena, donde según una investigación arqueológica parece cada vez más probada la existencia de una fortaleza islámica anterior, se crea a partir de la conquista cristiana, teniendo una gran importancia estratégica. Aunque el recinto amurallado se encuentra muy deteriorado, en su interior destaca la construcción de la iglesia del Mayor Dolor, atribuida durante siglos a los templarios.Bajo el cerro donde se emplaza la fortaleza se encuentra la Gruta de las Maravillas, entre tesoros ocultos y viejas leyendas.
El lo alto del cerro que domina la localidad de Cala, los árabes construyeron en torno al siglo XII un pequeño castillo que fue reconstruido por los cristianos para la defensa de la ciudad de Sevilla y las sucesivas contiendas con Portugal. A la fortaleza, que en la actualidad se encuentra en estado ruinoso, se puede acceder por un camino que parte del Hostal La Muralla, que constituye un magnífico mirador del conjunto urbano y de la sierra. El castillo de Cortegana, mandado a reconstruir por Sancho IV en el siglo XIII, es uno de los edificio más emblemáticos y atractivos de la localidad, no sólo por el destacado papel defensivo contra los portugueses, sino también por el buen estado arquitectónico del baluarte, considerado como el mejor conservado de la provincia, lo que permite la celebración de exposiciones y otros actos culturales, así como de las célebres Jornadas Medievales de agosto.
Cumbres Mayores
En Cumbres Mayores, un muro almenado de diez metros de altura y tres de espesor va formando con sus ocho lados un impresionante castillo en lo más alto de la localidad, que fue mandado a construir en 1.243 para la defensa de los ataques lusitanos. Allí, los cumbreños, aprovechando las piedras y sillares construyeron muchas de sus casas y almacenes que aún se conservan alrededor de la muralla, mientras que el patio interiorse fue habilitado como campo de fútbol.
Otra muralla artillera de la misma época que las anteriores se encuentra en la vecina localidad de Cumbres de San Bartolomé, dentro del casco urbano, habiendo sido restaurada recientemente para permitir ciertos usos taurinos y culturales. A 15 kilómetros de este enclave, en las proximidades de la carretera que une La Nava y Encinasola, quedan los restos del castillo de Torres, erigido sobre un cerro que domina el valle del Múrtigas como fortaleza de vanguardia frente a la inestable frontera, encontrándose en la actualidad abandonado y en proceso de destrucción.
Cercana a la raya portuguesa, la fortificación de Encinasola muestra sus restos embutidos entre las edificaciones que lo han absorbido, siendo visible sólo una de sus torres cuadradas. Fue pieza estratégica de vanguardia durante los conflictos con Portugal, hasta que fue seriamente afectado por la Guerra de la Independencia. Otro de los castillos de mayor interés para el visitante se encuentra en Santa Olalla, en cuyo cerro se emplaza una fortaleza cristiana con rasgos mudéjares, construida a finales del XIII, que sufrió un fuerte impacto arquitectónico al ser utilizada como cementerio.
Fue un punto clave como elemento de control de la Vía de la Plata. Cerrando el valle de la Rivera de Huelva se encuentra la fortificación que protegió la antigua población musulmana de Zufre, de cuya muralla se conserva la Torre de la Harina, y otros restos almenados, que se usan como privilegiados miradores de la sierra.