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  Vivir la Sierra
 

SIERRA DE ARACENA

Pueblos ocultos entre bosques y ríos

Es mundialmente famosa por la crianza del cerdo ibérico

La sierra de Aracena, es una comarca con entidad propia desde que celtas, árabes, portugueses y soldados templarios ocuparan esta parte occidental de Sierra Morena y aprovecharan su suave clima para el veraneo y la caza. Hoy esta serranía del norte de Huelva es mundialmente famosa por la crianza del cerdo ibérico, del que proviene un exquisito jamón. Sin embargo, sigue siendo una zona desconocida para el turismo. Muchos de sus casi 30 pueblos continúan su apacible vida camuflados en estas dehesas montañosas, con bosques de ribera y de alcornoques, encinas, castaños y robles.



Por el río jabugo


Lo primero que sorprende es el verde intenso que llena sus valles y colinas. En otoño, la explosión de amarillos, naranjas y rojizos es espectacular. Uno de estos bosques rodean al pueblo típico andaluz de Castaño de Robledo. Guarda dos iglesias, la de Santiago Apóstol y la monumental iglesia inacabada, un edificio que debió terminarse en el siglo XIV y que tuvo un segundo intento en el siglo XVIII, pero que ahí se ha quedado, con su ladrillo rojo y su cúpula a medio hacer. Este es un punto perfecto para iniciar varios senderos a pie por los alrededores. Una excursión preciosa y sencilla es la que conduce hasta el río Jabugo. Está perfectamente señalizada y casi todo el tiempo irás cuesta abajo. Al final de la ruta es fácil ver martines pescadores y, en las aguas más limpias, nutrias. El punto final es Galaroza, declarado Conjunto Histórico por sus calles empinadas, fachadas encaladas y sus famosas fuentes de ladrillo rojo y vistosos azulejos. Destaca también el templo neoclásico de la Purísima Concepción y la ermita del Carmen, en la que hay una talla de su patrona, atribuida a la imaginera Luisa Ignacia Roldán, La Roldana (1652-1704). Para una buena foto del pueblo, enclavado en un valle de castaños y frutales, sube a la ermita de Santa Brígida (siglo XV).

Platos en salsa

Galaroza es conodida por sus muebles andaluces, sillas de enea, camillas y las típicas almonteñas, que puedes encontrar en los talleres a la entrada del pueblo. Para comer, el hostal Toribio, cerca del Ayuntamiento, pertenece a la tercera generación de una familia dedicada a la hostelería desde 1950. Y para tapear, en el bar la Fuente, más conocido como casa Rafalito, degusta oreja o carrillera en salsa, jamón con tomate y sus papas bravas.



     Quédate a dormir en un cortijo de verdad, con ganado y cultivos ecológicos. Huerta Santa María (686 88 99 16) es un antiguo retiro eclesiástico de principios del siglo XVII rehabilitado, que ofrece habitaciones dobles o la vivienda completa (entre 60 y 150 €).

Desde la peña de Arias Montano hay un mirador natural a la sierra, junto a una ermita del siglo XVI. A sus pies, verás las calles estrechas y empedradas de Alájar. En su plaza, siéntate al sol en cualquiera de sus dos bares. Ponen jamón o chacinas a un precio razonable. A 1 km, las casas rurales del Molino Río Alájar (959 50 12 82. Desde 225 €/fin de semana para dos), son una buena base para continuar por el sur del parque natural, que encierra rincones, como los Chorros de Joyarancón, una cascada de la que nace el arroyo de la Ribera de Santa Ana, jalonada de antiguos molinos. El sendero, de unos 20 minutos a pie, comienza a menos de 1 km del pueblo de Santa Ana La Real, con un improvisado museo de chimeneas sobre sus tejados. Las campanas de su iglesia de Ntra. Sra. Santa Ana, decorada con la típica cerámica vidriada, siguen anunciando todos los acontecimientos. En sus tres restaurantes podrás probar su particular estofadillo, un guiso de papas y cerdo, o el potaje de habichuelas con bacalao.

Castillos, cuevas y gazpacho fresco

Sierra de Aracena

Destaca su Mezquita, cuyo interior puede visitarse gratuitamente desde las 9 h hasta la caída del sol.

Sigue la carretera comarcal hasta divisar , pueblo de origen árabe y que cuenta con una gran variedad de estilos en sus edificios, con elementos góticos, mudéjares y renacentistas. Destaca su Mezquita, cuyo interior puede visitarse gratuitamente desde las 9 h hasta la caída del sol. Se trata de un edificio califal del siglo X construido sobre restos romanos y visigodos y reformado en la Reconquista. Otros monumentos de interés son la iglesia de San Martín, del siglo XIV, con su portada manuelina del Perdón y la fortaleza romana y árabe, a la entrada del pueblo. A las afueras, visita a la ermita de Santa Eulalia de Mérida, construida sobre un mausoleo romano, en un paisaje serrano.


Vida medieval

El recorrido por la parte más meridional de la sierra de Aracena concluye en Cortegana, donde el paisaje se aplana y se abandona a la llanura hacia Portugal. Lo primero que divisarás de este pueblo es su castillo medieval, construido en lo alto de un cerro. Alrededor de esta fortaleza romano-gótica se celebra cada agosto una fiesta medieval, con mercadillo, vestidos de época, exposiciones, teatro y concursos a caballo. A sus pies, se extiende la población con la iglesia del Salvador, de estilo mudéjar, en pleno centro. Puedes visitarla en horario de culto. En Cortegana aún se elaboran romanas y balanzas de gran precisión, como las corcheras, destinadas al pesaje en quintales del corcho, trabajo que forma parte de la tradición de este pueblo, con alcornocales cercanos. También se fabrican cencerros y utensilios relacionados con el mundo del caballo, como bocados, espuelas y herrajes.

Maravilla bajo tierra

Desde Sevilla, Aracena es la puerta de entrada y la capital de esta sierra. Aunque tiende a modernizarse, aún mantiene su bella estampa de pueblo andaluz. Su iglesia-fortaleza, de probable vinculación templaria (con la orden de Santiago), fue erigida en el siglo XIII sobre una antigua fortaleza musulmana (para visitarla, ponte en contacto con la Oficina de Turismo de Aracena. 959 12 82 06). Si das una vuelta por su perímetro obtendrás una de las mejores vistas del pueblo. Bajo esta montaña se esconde la gruta de las Maravillas y su galería de más de 1 km, abierta al público desde 1914 (entrada junto a los antiguos lavaderos públicos. 7,70 € la visita guiada).

En el tramo que sube hacia la cueva hay varias esculturas contemporáneas, tiendas de recuerdos y restaurantes como Casas, con especialidad en productos de Sánchez Romero Carvajal (Jabugo), jamón 5 Jotas Gran Reserva, lomo de Lata Gran Reserva, además de perdiz de tiro, conejo de campo, cordero asado y cola de toro. Los precios están en consonancia con la calidad. Frente al aparcamiento, Montecruz es el promotor de las Jornadas Gastronómicas de Caza (febrero) y ganador del concurso de gazpachos de Huelva. Con buena carta de setas frescas y verduras de temporada (959126013). Más económico y con menú variado (7 €), La Parada, junto a la estación de autobuses. También es buen sitio para desayunar churros artesanos y chocolate.

En un paseo tranquilo de dos horas podrás recorrer sus principales monumentos, como la iglesia gótica de Ntra. Sra. del Mayor Dolor, la más antigua de Aracena (siglos XIII-XV) y el convento de Jesús, María y José, única muestra de arquitectura barroca en Aracena (siglo XVII). El antiguo ayuntamiento alberga un centro de interpretación (gratis) y en la plaza central, el casino de Arias Montano, con una interesante fachada.

El arte de vivir

Sierra de Aracena

Un pueblo con tradiciones

Aquí hay costumbres que se resisten al cambio. Los paisanos se reunen para lavar la ropa y charlar, los cerdos campan a sus anchas por la dehesa y nada altera la calma de estos pueblos blancos. Te contagiarás de su saber vivir.

Linares de la Sierra, situado en un profundo valle, es el pueblo con más gracia de la comarca. Su arquitectura rural está muy bien conservada y en sus empedrados o llanos (especie de mosaicos de piedra a la entrada de las viviendas) está su mayor atractivo. Algunas de estas alfombras pétreas forman en el interior de las casas, junto entrada, un pasillo que facilita el paso a las bestias de la calle al corral trasero. Otro símbolo del pueblo es el lavadero de la plaza de la Fuente, regado por un manantial de aguas templadas. La tradición está arraigada y los linarenses continúan lavando la ropa aquí, práctica convertida en costumbre social.

Encontrarás todo tipo de embutidos y jamones en la fábrica conocida como Viuda de Miguel Fernández e Hijos, en el centro del pueblo. También es fácil encontrar el apreciado piñonate, dulce hecho con piñones y que es protagonista al final de la Semana Santa, cuando se sortean estas golosinas elaboradas por las vecinas y decoradas con motivos religiosos.

Después del paseo... come tapeando

Si entras por la N-433 desde Sevilla, párate en Higuera de la Sierra para ver sus lavaderos públicos, que de vez en cuando se siguen usando. Si vienes por la Ruta de la Plata echa un ojo al castillo de diez torres del siglo XIII, con elementos de construcción postcalifal de Santa Olalla del Cala. En Carnaval es popular su entierro del hueso de jamón, que congrega a numerosas viudas.

Que no te de pereza subir la empinada carretera a Zufre, pueblo de origen árabe. Disfruta de su mirador y aprovecha para dar un corto paseo por las calles sinuosas y estrechas que rodean a la iglesia de la Purísima Concepción y la Casa Consistorial, ambas atribuidas al maestro Hernán Ruiz.

Fuenteheridos se llama así por sus fuentes y la abundancia de agua en la zona. La fuente más conocida es la de los Doce Caños, en la plaza del pueblo, rodeada de casas que rebosan en sus fachadas, rosas y geranios, y algunos bares que anuncian tapas (de buen tamaño) a 1 €. Su casco urbano está declarado Conjunto Histórico Artístico, tanto por la tipología arquitectónica de sus edificios, como por sus calles pavimentadas con bellos empedrados. Por encima, sobresale la esbelta torre de la iglesia del Espíritu Santo de estilo barroco. Cortelazor es sinónimo de calma total, con menos de 300 vecinos. Está metido en un valle aislado y es el punto de mayor pluviosidad de Huelva. Tiene muchas casas de piedra a diferencia del resto de pueblos y algunas de ellas conservan unos particulares balcones techados con vigas de madera. Su iglesia barroca de San Juan Bautista, alberga un lienzo de Miguel Tovar, discípulo de Murillo.

Duerme en un cortijo típico

Sierra de Aracena

La oferta de alojamientos rurales en la sierra de Aracena es una de las más extensas

La oferta de alojamientos rurales en la sierra de Aracena es una de las más extensas en proporción al tamaño de la comarca. En www.niumba.com encontrarás una buena lista ordenada con precios, fotos y servicios. En los pueblos hay una oferta particular que no se encuentra declarada. Si vienes en Navidad, puentes, festivos o Semana Santa reserva con antelación en las casas rurales de Zufre (Lala 676720964). Para dormir en un cortijo con patio empedrado, en Valdezufre tienes el hotel Posada de Valdezufre, de 3* ( 959 46 33 22 y 607 81 33 51). La doble, entre 40 y 49 €. En Galaroza, el hotel rural Galaroza ( 902 88 98 30 y 959 12 32 37) cuesta entre 30 y 39 €. Y en Cortelazor los apartamentos rurales de El Cercado de Arriba ( 667 35 77 43). Por 140 e/dos noches. También hay un camping de 1ª categoría, el Aracena ( 959 50 10 05) en el Km 83 de la N-433.

Por bosques y pueblos, a pie, en bici o a caballo

La sierra de Aracena es un lugar de gran tradición excursionista y su red de senderos es de las primeras de Andalucía. Por aquí pasan tres GR (senderos de gran recorrido): GR 41, el GR 42 y el 48, que precisan de varias jornadas para ser completados. Pero también hay un centenar de rutas cortas que se adentran en zonas con características paisajistas muy destacables: desde excursiones de ida y vuelta hasta las que conectan varios pueblos. Desde Cortegana parte la ruta de los Molinos, que te conducirá por varias poblaciones de los alrededores. El antiguo Camino Real de Valdelama une Fuenteheridos, Cortelazor y Los Marines por un paisaje que te enamorará. Linares de la Sierra es la capital del senderismo en la zona. Desde aquí parten varios de los senderos más bellos por la sierra, especialmente el de los Madroñeros o el de Aracena. El que une Jabugo con Galaroza no es muy complicado y vale la pena, al igual que el circular de Santa Ana, que lleva por varias aldeas, una de ellas abandonada. El que transita desde Fuenteheridos por la ribera del Múrtigas tiene tramos muy frescos, pocas cuestas y abundancia de pajarillos que bajan a beber al río. Junto al aparcamiento de la gruta de Aracena, una empresa local de quads oferta excursiones por algunas pistas de la zona.

La posada de Cortegana (959 50 33 01 y
www.posadadecortagana.com) realiza itinerarios en bicicleta de montaña y a caballo.

Castañas, jamones y setas

El centro de la cocina de Aracena la ocupa el cerdo, de gran calidad gracias la alimentación que obtiene de las dehesas. Los afamados jamones de Jabugo son curados también en secaderos de otros pueblos. En cualquier casa o tienda podrás comprar una gran variedad de chacinas, sobre todo tras la matanza (de diciembre a febrero).

Pero la cocina de Aracena es muy variada, con influencia árabe, gallega, castellana o leonesa. En otoño, los restaurantes ofrecen platos de setas muy variados, como los gurumelos guisados o en fritada, revueltos de lactarius y otras variedades de la zona. Coincide con la recolección de la castaña, que se usa en platos como las tartas de Fuenteheridos o el famoso potaje de Linares, que puedes probar en el bar La Plaza, en un lateral de su plaza de toros. Prueba el gazpacho de invierno, el ajo gañán o el arroz con pinateles (níscalos) de Fuenteheridos en el restaurante Escuela de Hostelería La Capellanía (959 12 50 34) en la carretera, antes de desviarte al pueblo. El guiso de papas chicas de Jabugo es delicioso en el Asador de Jabugo (Ctra. San Juan del Puerto. 959 12 15 15).

 
 
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